Texto: Tania Díaz / Fotos: Mario Ramírez.
Kamishibai (紙芝居) es una técnica japonesa que quiere decir teatro de papel. Aunque sus antecedentes datan del siglo VIII y IX, el formato contemporáneo surge en los años treinta como una forma popular de contar cuentos en las calles de Tokio; comúnmente el intérprete del kamishibai se transportaba en bicicleta y vendía dulces.
Para saber más al respecto, tuvimos la grata oportunidad de
platicar con Sakiko Yokoo (横尾咲子), originaria de la prefectura de
Yamagata, Japón, quién desde el año 2011 se ha dedicado a contar cuentos para niños
con la técnica de Kamishibai en
México.
Sakiko se ha presentado en espacios como la Biblioteca
Vasconcelos y Casa Talavera, así como en años anteriores en la FILIJ (Feria
Internacional del Libro Infantil y Juvenil), a través de Alas y Raíces de CONACULTA. Fue
justamente luego de una de dichas representaciones en Casa Talavera, en la cual Sakiko capturó la imaginación
de chicos y grandes con sus sencillas y simpáticas series de historias
plasmadas en papel, que tuvimos dicha oportunidad.
Pero, ¿por qué Kamishibai?
La idea surge de su esposo, de origen mexicano, dedicado al arte y la
danza. En una visita a Japón, él se encontró con un teatro de kamishibai en la calle para un público
adulto. Cuando Sakiko-san era pequeña ya no existía el kamishibai callejero. Sin embargo, en la escuela se hacía con fines
educativos. Al ser una técnica bastante atractiva, Sakiko y su esposo decidieron
traer esta técnica a México con apoyo de Fundación Japón.
Las piezas que presenta Sakiko son autoría de la maestra con
quien aprendió kamishibai en Japón;
puede parecer sencillo, pero tiene sus trucos y secretos. Como lo expresa Saki,
dichas narraciones fueron traducidas por ella y su esposo “a la mexicana” y
abarcan repertorios para niños pequeños, adultos y ancianos.
¿Y cuál ha sido la recepción del público infantil? “Lo
disfrutan y saborean… es imaginación pura; Kamishibai
es como un como libro que al abrirse sale al mundo. Debe ser muy íntimo y representado
por una sola persona”, nos comentó Sakiko.
Durante la crisis posterior a la Segunda Guerra Mundial,
Japón era un país pobre. La gente vendía dulces y narraba cuentos para atraer a
la gente. Tras la recuperación económica y el advenimiento del manga y el
anime, el kamishibai perdió fuerza. Actualmente,
existe en Japón un movimiento para recuperar la tradición, especialmente un
concurso nacional en el que participan jóvenes de preparatoria, utilizando 4
láminas para hacer kamishibai.
Por su parte, Sakiko Yokoo, es directora de la Teotsunagu México-Japón Caminando Juntos, una Asociación Civil cuyo principal objetivo es el
intercambio cultural. Así mismo, tiene una amplia experiencia en coreografía
contemporánea y como docente.
1 comentarios :
Hola! Muy interesante reportaje! Me agrada su página.
Ojalá tenga la oportunidad de ver a Sakiko alguna vez. Saludos!
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